En el cine, distintas versiones muestran como el legendario forajido Jesse James muere frente a un cuadro, colgándolo, quitándole el polvo o enderezándolo. Un miembro de su banda le dispara por la espalda y pasa el resto de su vida, de pueblo en pueblo, escenificando en teatros su crimen. Jesse Woodson james es con toda probabilidad el personaje histórico cuya vida se ha llevado más veces a la pantalla, manifestando una vez más como la ficción desplaza a los hechos. Cuidadosa y profusamente ilustrado toma como caso de estudio la figura de un ladrón célebre para analizar la producción cultural, como actividad colaborativa y la apropiación como técnica inmemorial. Al repasar la amplísima producción cultural que ha generado este icono, subraya los conceptos de "representación", "repetición", "intertextualidad", "alusión" y "copia", fundamentales en todo proceso creativo y muestra como toda obra artística se sustenta sobre el trabajo que le antecede, sirviéndole de referencia e inspiración.
