Barto necesita cerrar ese caso y tiene tres días para hacerlo. Pero en la calle del Ciprés se esconden muchas más cosas de las que él pretendía descubrir. Puerta tras puerta, irá recolectando las piezas que le faltan para completar un puzzle que cada vez parece más grande. Ciertamente, uno nunca sabe quién vive en la casa de al lado.