Narrada en forma de diario, la novela nos cuenta el día a día, los recuerdos, experiencias, percepciones, sentimientos de los dos protagonistas: Adrián, un hombre maduro con discapacidad intelectual y Jorge, un joven con una enfermedad mental crónica. Ambos personajes crecen durante la obra, se enriquecen, se cuestionan a sí mismos y, sobre todo, se reivindican ante un entorno que les impide, desde el paternalismo y la sobreprotección, desarrollarse como individuos plenos. "Eres muy raro, Jorge", me dijo sin parar de reír. Y yo le dije: "Claro, de eso se trata. Ya te lo expliqué, no veo las cosas como los demás, no me entiendo con la gente. ¿Ser raro no te parece peligroso?". Él paró de reír y me dijo: "No, eso no, raro no es peligroso, yo también soy raro. Mamá decía "diferente", o "especial", pero eso es lo mismo que "raro". Pero yo no estoy loco y tú no eres idiota, somos raros, diferentes". "Te prometo que nunca te volveré a llamar idiota", le dije yo. "Te creo", contestó.