Se les ocurrió después de la muerte de Alec por sobredosis: tal vez si su amigo hubiera podido escuchar lo que los demás dijeron de él en su funeral, las cosas hubieran sido diferentes. Con ese espíritu, el resto del grupo que se conoció en Berkeley –Naomi, Craig, Marielle y los Jordan– selló el pacto: aunque pasaran los años y dejaran de verse, cada uno tenía derecho a convocar a los demás para que oficiaran su funeral en su presencia y conocer en vivo lo que normalmente les está reservado a los muertos. Ahora los años han pasado y cada uno lidia como puede con los conflictos de la vida adulta. Los oficiantes cuenta la historia de un grupo de estudiantes que juntos se creyeron invencibles y que, por separado, descubren lo lejos que cada uno está de serlo.