La obra ¿inclasificable de Walter Benjamin es ciertamente sui géneris, tan amplia en sus intereses y tan fragmentaria que fue preciso que pasaran varias décadas para que fuera reconocida en su real magnitud. Como tantos otros que se adelantaron al pensamiento y las formas de expresarlo propias de su tiempo, Benjamin fue reconocido en vida solamente por un reducido grupo de interesados en sus investigaciones, aquellos que, como su gran amigo Theodor Adorno y algunas figuras más de la célebre Escuela de Frankfurt, entrevieron en su escritura por momentos «esotérica», siempre dotada de una enorme hondura y precisión, el anticipo de uno de los rumbos posibles que tomaría el conocimiento en el porvenir mediato. ¿Cómo entonces leer la obra de Benjamin Partiendo de la base de que es un pensador que ha impactado fuertemente en la modernidad y varias de sus teorías fueron la base de la posmodernidad, pero que, paradójicamente, su obra no está circunscrita a un solo campo de la investigación y la teorización, sino que es capaz de vérselas con muchos problemas que son propios de varias disciplinas, desde la filosofía hasta la literatura, desde la sociología hasta la historia, abarcando un amplio espectro de intereses y metas, y, lo que es todavía mejor, comprendiendo las múltiples relaciones que permiten establecer los abordajes y los puntos de vista empleados.