La Economía Circular surge como una alternativa a la producción tradicional, a la economía lineal, y se presenta así como una necesaria propuesta sostenible a lo largo del tiempo que se detiene en la correcta gestión de los recursos materiales y energéticos, así como en la reducción de las externalidades negativas, como emisiones de CO2 y residuos. La responsabilidad de empresas, instituciones y ciudadanos implica actuar para cambiar el modelo actual hacia otro más sostenible como el que propone esta perspectiva. Desde este necesario cambio de paradigma, entendemos que se debe integrar una mirada que vincule lo material y lo social, tanto los recursos naturales y el sistema productivo en el que se insertan como el factor humano que participa en la multitud de procesos complejos de las sociedades contemporáneas. En este sentido, la complejidad que implica la idea de inclusión social puede también presentarse vinculada a este ámbito circular. ¿Cómo se (re)utilizan los (recursos) humanos ¿Qué tiene que decir la Economía Circular en relación a los individuos y grupos en riesgo o situación de exclusión social ¿Qué estrategias compartidas se pueden generar en el contexto de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible