Los boys clubs se componen de hombres, en general blancos, mayores, heterosexuales y ricos, que operan en un circuito cerrado. Intercambian cifras, información, documentos, dinero, o mujeres. Desde el ejército, a la política, los bufetes de abogados, las escuelas y empresas, estos grupos exclusivamente masculinos ejercen el poder. Al levantar el velo sobre esta estructura patriarcal, Martine Delvaux ofrece una inmersión en esta fábrica secreta de la virilidad que permite mantener la dominación masculina mediante el desprecio, la exclusión y la invisibilización de las mujeres.