Compramos bienes en más o menos cantidad, y dicha cantidad depende de las características del bien, nuestro poder adquisitivo y nuestras necesidades de consumo tanto inmediatas como a corto plazo, Además, de forma intuitiva, la cantidad adquirida está sujeta a la percepción que tenemos sobre el esfuerzo que supone llegar hasta donde está el bien con independencia del número de unidades que adquirimos. Ante la duda de si debemos comprar mucho pocas veces o comprar poco muchas veces, sin recurrir a los números, tratamos de hallar un equilibrio entre el esfuerzo (coste) de ir de compras y el de guardar las compras.