La mayoría de la gente cree que las fronteras de un país están claramente definidas: líneas que separan a los países donde todo, a un lado de la línea, pertenece a un país y todo, al otro lado, pertenece a otro. Este podría ser el caso la mayor parte del tiempo. Sin embargo, las fronteras que definen nuestro mundo no están tan claras como cabría pensar. Algunos países que han quedado divididos, a menudo devastados, por siglos de conflictos se han visto obligados a dejar atrás fragmentos de su territorio, dando lugar a fronteras inusuales, enclaves y enclaves, ciudades e islas divididas o inexistentes. Atlas de fronteras insólitas revela, a través de curiosos mapas y textos, el trazado de estas extraordinarias fronteras y territorios, e ilustra cómo estos pueden incluso llegar a afectar a la vida cotidiana de sus habitantes.