Marzo de 1943. Agazapados dentro de una habitación secreta, variaspersonas contienen la respiración mientras aguardan a que el sonido delas botas reforzadas con metal de los soldados alemanes se aleje. En laestación internacional de Canfranc, en el Pirineo, la esvástica ondea sobrela playa de vías. En medio de la oscuridad, Laurent Juste, jefe de laaduana, Jana Belerma, camarera del hotel, y el bandolero Esteve Durandartearriesgan sus vidas para devolverles la libertad.Volver a Canfranc es su historia. Jana y Esteve, armados tan solo conla valentía que da el amor, lucharon porque miles de ciudadanos judíosconsiguieran atravesar esta estación mítica. Además de ellos, otras personasguiadas por la generosidad decidieron enfrentar el terror y ayudarlos.Para miles de perseguidos por el régimen nazi la esperanza se llamóCanfranc.