La mirada a un mapa es como emprender un viaje.Cuando Homero escribe la Odisea tiene a su alcancedibujos y anotaciones sobre islas y rutas oceánicas.Imaginación y cartografía no siempre han sido rivalesy de su unión han surgido libros sobre la tierra y el mardonde está grabada la geografía de los sabios y la de losnavegantes. Quizá porque hubo una época en que contar y escuchar una historiaequivalía a llenarse los ojos de mares y tierras remotas, los mapas ?tanto los antiguoscomo los nuevos? conservan aún ese espíritu de aventura, ese poder de evocaciónque sirve a los poetas y a los que no lo son para recobrar el pasado, para recuperar suinfancia. También la historia de los Estados y las naciones, su biografía.En España no ha abundado la cartografía histórica que en otros países europeosha acompañado siempre el despliegue de la historiografía y sus nuevos interrogantes.Por ello el esfuerzo de este Atlas de Historia de España, que ha reunido las investigacionesmás contrastadas de los mejores historiadores, espera ser recompensado por la acogidacalurosa de los lectores, ansiosos de hacer un viaje a través de sus páginas, de emprenderde esta forma la aventura de vivir el pasado español.Más de quinientos mapas, que abarcan desde la prehistoria hasta la actualidad,llevan al lector a revivir y visitar las ciudades, las riberas, las calzadas, los desfiladeros,las huertas, los mares en los que el pasado español se hizo panorama y palabra. Porvez primera, la Historia de España se despliega con una gran riqueza de cartografíay colorido, como corresponde a la biografía de un país vivo que, al igual que donQuijote, regresa de sus aventuras vencedor de sí mismo. En unos mapas resuenanel hambre y su heraldo negro, las malas cosechas, el destino aciago del perdedor y lamelancolía del desterrado, la plegaria de los conventos, las quimeras de la prensa, elpensamiento revolucionario y el sol antinuclear;en otros, el despertar de la burguesíay los bancos, la voz del cacique, el largo y costoso camino de las libertades civiles,el ferrocarril, los partidos políticos, la moda escurridiza y el patrón cultural. Paraacompañar al lector en este viaje, Fernando García de Cortázar ha reflejado conprosa brillante los innumerables destinos que los mapas de España custodian comoun inmenso archivo o una gran enciclopedia.