Como piezas de un puzle que hubiera saltado por los aires, como un espejo hecho añicos, como una fotografía rasgada en muchos trozos trazos, partículas de la memoria, células rescatadas del olvido de una vida que se hubiera trizado en pequeños fragmentos, esquirlas, grietas, nudos rotos del laberinto, rizomas que crecen en las ruinas del lenguaje.Si en todos sus libros anteriores en su ya larga trayectoria poética Nuria Ruiz de Viñaspre se situaba en ese quicio de «lo indomesticado del lenguaje», en Las abuelas ciegas da un paso más allá, arriesga en los límites del decir al establecer un paralelismo o fusión entre lo que «la poesía le hace al lenguaje» y «lo que el Alzheimer le hace al lenguaje». Y el lenguaje poético de Ruiz de Viñaspre consigue una vez más ya no volver a ser el mismo. En este, a mi juicio, su mejor libro hasta el momento, consigue ahondar aún más en su personal mundo poético, excavar en el lenguaje de las perplejidades.Amalia Iglesias Serna