Una mujer trans madura, artista y activista por los derechos de las minorías migrantes y las disidencias decide ajustar cuentas con su pasado. Vive desde hace décadas en Nueva York, pero todavía le pesan en el cuerpo y el corazón las marcas que dejó el abuso durante su infancia en Gálvez, un pequeño pueblo del litoral argentino. Es hora de contar los secretos, de exponer los traumas. El formato elegido es el de una serie de cartas que acaso nunca lleguen a destino, textos que hacen todo al mismo tiempo: acusar, redimir, burlarse, enseñar, seducir. Sus destinatarios son quienes, voluntaria o involuntariamente, fueron cómplices de la violencia sufrida. Personas comunes y corrientes que contribuyeron con su silencio a que su vida fuera mucho más hostil y precaria que la de otros niños. Cecilia Gentili escribe con una contundencia única y expande las posibilidades de las narrativas queer con estas misivas tan hilarantes como conmovedoras. ¿Busca venganza o quiere perdonar Quizás las dos cosas a la vez. Por eso se dirige a la hija de su violador, a la amante de su padre, a su mejor amigo, a su abuela y a su ma