En su nuevo libro el desvío y el daño la poeta traza el itinerario del deseo, un camino con atajos y extravíos, donde el sueño y la vigilia recomponen un mapa, pero solo para perderlo. Porque el deseo, en la poesía de María Malusardi, está homologado a la escritura y los rastros del sueño y de la piel se extienden en el poema: ási te vas de mi escritura las palabras perderán sensualidad. Es la música del texto el lugar del encuentro: el ritmo inasible del crecimiento de las plantas da sombra a los animales que somos. Y es en lo onírico donde la poeta busca reparación y daño, lugares remotos para que su pluma actúe. El sueño es una segunda vida, escribió Gerard de Nerval en Aurelia, el libro donde pierde el hilo de su cordura. el desvío y el daño asume por momentos la forma de un inventario que, lejos de lograr un orden, lo trastoca:estás apto para el poema para desintegrarme y pedirme que yo sea elhospital de tus ausencias: es el desvío.//caen sobre mí las piedras de la lujuria: es el daño.á-Del Prólogo de María Magdalena