En la ciencia del deporte, como en muchos otros campos del conocimiento, existen una serie de términos propios de la disciplina que han trascendido el ámbito profesional o académico instalándose en el lenguaje popular y el debate de aficionados sin emplearse con la adecuada precisión. Crear una terminología correcta, y definirla con claridad y precisión es un aspecto importante que es necesario resolver.Lo contrario será fuente de equívocos y conflictos que condicionarán su avance y evolución. Esto lo vamos a comprobar al abordar el tema de la periodización.Nadie puede cuestionar que la periodización es una de las acciones más importantes y complejas del proceso de formación de un deportista. Sin embargo, pese a su trascendencia, también es uno de los aspectos que más lentamente ha evolucionado y cuando lo ha hecho no siempre lo hizo ajustándose a conceptos y criterios científicos sólidos y contrastados. Esto ha supuesto que, de forma recurrente, surjan discusiones que incluyen tanto a los aspectos metodológicos (oposición de modelos) como a los vinculados a simples procesos terminológicos de amplio y profundo calado conceptual (por ejemplo: periodización lineal vs. no lineal).Conceptualmente, la periodización es un término que describe la gestión del proceso de formación de un deportista a lo largo del tiempo (Cunanan el al., 2018). En la práctica, supone crear una estructura teórica, a la vez que práctica, que permite al técnico deportivo organizar su trabajo, asignando períodos de tiempo concretos que aseguren adquirir capacidades específicas y niveles de rendimiento que le permitan mejorar sus resultados y alcanzar el éxito. El término ha sido habitualmente empleado para describir programas de trabajo que incluyen cadenas secuenciales predeterminadas de ciclos de entrenamiento enfocados a conseguir objetivos concretos que garanticen el máximo rendimiento de deportistas o equipos en un momento determinado. 10