Una de las maneras de leer El «Hombre de las Ratas» es viendo en él un homenaje al genio del inconsciente, un genio tan atormentador y mefistofélico como sea posible imaginar. Más que ningún otro, el neurótico obsesivo, experto en ambivalencia, maestro en el arte de transformar la contradicción en zona erógena, es el conflicto psíquico en persona.