Preguntémonos: ¿queremos una educación que nos induzca a pensarnos como súbditos o como ciudadanos? ¿Deseamos curricula generales y de alcance nacional que se funden en el acatamiento mecánico de normas y reglas dictadas por las burocracias educativas estatales o curricula más flexibles que atraviesen las puertas de la escuela y atiendan la realidad de cada docente, cada aula, cada alumno? ¿Ambicionamos una educación profesional que sirva a las clases dirigentes para profundizar la diferenciación de clase, género y status o que actúe como un arma fundamental en la defensa del sistema democrático de gobierno? ¿Queremos reformas curriculares que olviden el pasado o, antes bien, que se apoyen en un estudio histórico del curriculum y la realidad educativa? En su análisis exhaustivo y bien fundado de estos temas, el libro de Goodson será de interés no sólo para educadores, pedagogos y docentes, sino también para sociólogos e historiadores de la educación y, en general, para todos aquellos que ven en la actividad educativa un instrumento central de la defensa y la profundización de un sistema democrático de gobierno.