La imagen clásica del lejano Oeste popularizada en los westerns forma parte de nuestro imaginario colectivo. En ellos, los indios obstaculizaban, de forma invariable, el progreso y la civilización que el hombre blanco pretendía instaurar a cualquier precio. Sin embargo, al adentrarnos en la historia de los nativos norteamericanos descubrimos un universo social y cultural complejo que trasciende a los tópicos cinematográficos. En el caso de la nación comanche, estamos ante un pueblo que fue capaz de forjar un auténtico imperio. Una pequeña tribu de cazadores recolectores que se reinventó y creció hasta convertirse en una potencia. Una civilización que opuso una resistencia feroz a grandes imperios coloniales como el británico y el español. Que no solo creó una economía mercantil próspera y una organización social jerarquizada pero flexible a lo largo del sudoeste de Estados Unidos y el norte de México, sino que luchó por mantener su identidad hasta su exterminio. Esta es su historia. «Este libro trata de un imperio norteamericano que, según los manuales de historia al uso, no existió. Narra la conocida trama de expansión, resistencia, conquista y desaparición, pero los papeles habituales se han invertido: se trata de un relato en el que los indios se expanden, ordenan y prosperan, y los colonos europeos resisten, se repliegan y luchan por sobrevivir.»