La reducción de la calidad de la información, asociada a la velocidad de las tecnologías, está produciendo fenómenos nuevos como la tuiterizaciónde la forma de expresión, así como de la misma información. Se reducen los contenidos, se reducen las maneras de comunicarse, se jibariza el mundo.Revolución tecnológica, predominio audiovisual, Internet, redes sociales, saturación informativa, obsesión por la inmediatez: tablets, smartphones, Twitter, Facebook, SMS, WhatsApp, Google, PowerPoint.Los contenidos son instantáneos, sensacionalistas, emotivos, huecos. Todo lo que no cumple con estas premisas es apartado de la agenda. Estamos tan ocupados, distraídos o abrumados por la información que nos llega que resulta difícil darnos cuenta de la forma superficial y "jibarizada" que adopta y del modo en que influye en nuestra manera de consumirla e interiorizarla.Resultad o: destierro de la profundización, pérdida de la capacidad autónoma de reflexión, incapacidad para la elaboración independiente de conclusiones y, por último, ausencia de una mirada crítica de los acontecimientos.Sin embargo, esta obra no tiene como objetivo embestir contra los nuevos soportes, formatos, lenguajes y formas de comunicación. Pretende, sencillamente, advertir de algunos peligros y explicar que está provocando en la ciudadanía la aceptación pasiva y sumisa de esta tecnología.