Transición: separación aparentemente ingrávida e indolora de la nave nodriza del franquismo. Transición: miedo a que no sea real el final del miedo. Transición: reclamada libertad a destajo.Transición: violencia y represión. Salir adelante en las cocinas de los pisos que dan a patios de luces y preparar el día de mañana. El título del presente libro, La Transición sentimental, hace referencia a dos cuestiones, al giro emocional que han ido tomando los estudios sobre la Transición en los últimos años y al hecho histórico indiscutible de que la transición democrática en España corrió pareja con importantes cambios en aspectos que pueden considerarse íntimos pero que son, indudablemente, de carácter sociológico: la liberación sexual, el feminismo, la aparición de sensibilidades queer, la descomposición de la familia patriarcal. Todas estas querencias acompañaron a la subversión política, a la contestación e impregnaron las manifestaciones literarias y culturales. Parece que en estos últimos años, desde 2011 quizá en España, se ha atravesado un espacio intelectual en el que la historia de los afectos se ha transformado en una historia afectiva. Los historiadores renuncian o renunciamos a la pretensión científica a cambio de satisfacer una más urgente necesidad sentimental. Por eso también, La Transición sentimental. Desde el ámbito de la Historia se han emprendido procesos de revancha del pasado histórico que antes quedaban bajo la jurisdicción de la creación literaria y artística. Es decir, la Historia está ladeando la utopía de la veracidad para escribir testimonios que probablemente merecerían archivarse en la historia de las emociones. Evidentemente, esto es solo una hipótesis, una posibilidad que ofrece la encrucijada del presente y que este libro explora en el límite de la indecisión metodológica y de la necesidad interpretativa.