La guerra ha terminado. Con traiciones y engaños, los bárbaros supersticiosos de la Alianza de Occidente, ayudados por magos de siniestras intenciones, han vencido al pueblo orco, amante de la paz, industrioso y científico. Ahora comienza la carnicería: a los derrotados dispersos les espera el amargo camino de vuelta a casa, hostigados por las patrullas de elfos que buscan eliminar hasta el último orco, hombre, mujer y niño, designados por una propaganda perversa como raza caníbal, maldita y a exterminar. Pero de las cenizas de la catástrofe todavía puede extraerse un resquicio de esperanza. Si la misión encomendada a nuestros protagonistas tiene éxito, las tornas podrían volverse, y habrá llegado la hora de la revancha de los orcos. Kiril Yeskov nos muestra desde el lado de los perdedores el más famoso universo de la fantasía, en una parodia sorprendente, divertida y amena que ya es un éxito internacional. "Sin perder ni un ápice de nuestro entusiasmo por el universo que nos proporcionó Tolkien, también podemos encontrar cierto malicioso placer en esta visita opuesta a la Tierra Media que nos propone Kiril Yeskov. En ella, los orcos y los trolls son gente honrada, los elfos planean hacerse con malas artes los dueños del cotarro (incluso son capaces de refinadas sesiones de tortura), los brujos consideran nigromancia el desarrollo científico que acabaría con su hegemonía y Saruman es un hechicero bastante más razonable que el intratable Gandalf (...). ¿Blasfemia o desmitificación? En cualquier caso, el inteligente novelista ruso es obviamente contrario a las visiones unilaterales de la historia y desconfía de las imágenes propagandísticas en blanco y negro que acumulan toda la perversidad sociopolítica en uno de los bandos y reservan la beatificación gloriosa para el otro que, casualmente, es el que ha ganado la guerra. Su perspectiva es irónica, pero no burlesca ni denigratoria: con osadía, intenta volver a contar en clave realista e incluso maquiavélica lo que Tolkien acuñó inolvidablemente como canto de gesta mágicamente maniqueo..." Fernando Savater en Babelia, El País