La Universidad constituye el lugar por excelencia en el que se ha de garantizar y ejercer la libertad incondicional de palabra y de cuestionamiento: el derecho a decir todo. Ésta es la tesis, hipótesis o «profesión de fe» de la que parte aquí Derrida para esbozar, al hilo de una serie de reflexiones sobre las ideas de profesión, trabajo, oficio, etc., lo que podrían ser unas Humanidades del mañana especialmente implicadas en repensar no sólo el concepto de hombre, sino también otras nociones como la democracia o la soberanía.