Desde hace siglos, la montaña y el ser humano forman un binomio realmente interesante, no solo a nivel deportivo, sino también a nivel personal. Cada año encontramos más y más testimonios que narran con todo lujo de detalle como la montaña cambia la vida de las personas, como les ha ayudado a nivel psicológico a superar una enfermedad, un trauma, un dolor físico o un daño psíquico que no lograban superar. A través de cuatro casos reales, Víctor Riverola y Jordi Salvador nos introducen en el fascinante mundo del alpinismo y los deportes de montaña desde una óptica muy personal, donde la motivación, las ganas de vivir y los dramas humanos que nos acechan forman parte de un común denominador. Los autores también analizan junto a profesionales del sector y médicos de prestigio las propiedades curativas que la montaña esconde en sus entrañas. El primer caso se refiere a la aventura personal que vivió el alpinista Jordi Salvador tras saber que padecía un cáncer de próstata. El Aconcagua actuó como un enorme catalizador de emociones, ayudándole a capear el temporal y a superar la enfermedad. A continuación, descubrimos cómo cambió la vida del abuelo Antonio cuando parecía que ya no le quedaban cartas por jugar. La montaña se convirtió en la válvula de escape necesaria para poder vivir con dignidad los últimos años de su vida. El tercer caso nos habla de cómo se creo la Asociación Española de Alpinistas con Cáncer, a partir de las durísimas vivencias personales de su fundador. El último nos demuestra como el alpinismo puede ayudar a superar las secuelas psicológicas que provocan las guerras, demostrando hasta qué punto el ser humano es capaz de luchar contra sus propios fantasmas, viajando desde Afganistán hasta los Alpes suizos. Valiosas colaboraciones –entre las que destacan la de César Pérez de Tudela y Juanito Oiarzabal– dan testimonio de lo que la montaña ha significado y significa para ellos. Una «ladrona» de vidas, sí, pero también una fuente de motivación capaz de insuflar valentía, esperanza y dignidad