El bebé nace frágil, dependiente, extraordinariamente vulnerable y nadie, ni siquiera la figura más poderosa, puede sobrevivir si nadie la cuida. Con el paso de los años, se nos impone la necesidad de cuidar de nosotros mismos, de nuestro cuerpo y de nuestra alma, no como un acto narcisista, ni como un objetivo en sí mismo, sino como un vehículo para poder atender a los demás. El planeta también necesita que lo cuidemos y es imperativo que planteemos con urgencia la necesidad de una sostenibilidad ambiental. Este libro propone las bondades de caminar hacia una sociedad del cuidado, en el marco de tres ámbitos esenciales: el cuidado del mundo, el cuidado de los demás y el cuidado de uno mismo.