En el año 1933, Christa Schroeder, una joven secretaria del partido nazi, ingresa en el servicio exclusivo de Adolf Hitler. Durante doce años trabaja de manera incansable junto al Führer: de día y de noche, en la cancillería, en Berghof, en el búnker de Berlín y no le abandonará hasta unos días antes de su muerte. En el año 1947 la reconoce un agente franco-americano con quien mantiene una larga entrevista por encargo del ejército de los Estados Unidos. De las notas de esta conversación surge el preciado testimonio de Christa Schroeder que permite descubrir la cara más íntima de la compleja personalidad de Adolf Hitler.Christa Schroeder trabajó durante doce años como secretaria privada de Adolf Hitler. Fue prisionera del ejército americano en el campo de Augsburg hasta 1948. Ese mismo año fue juzgada y puesta en libertad por un tribunal que le invitó al proceso de Nuremberg. A partir de ese momento, Christa Schroeder dedicó su vida a trabajar en empresas de Gmünd y Munich, aunque su mala salud la obligó a retirarse a los cincuenta y nueve años. Murió en Munich en junio de 1984.