En esta obra sobre la historia de la religiosidad en España, continuación de un primer volumen dedicado a la misma temática durante la Alta Edad Media, el autor se mueve en los mismos parámetros ideológicos: presentar la religiosidad peninsular de los siglos centrales del Medioevo, XI-XIII, dentro de la dinámica interestructural del feudalismo como modo de producción dominante en su etapa de consolidación definitiva. La religiosidad, que trasciende con muchos las instituciones -no estamos ante una obra clásica de historia de la Iglesia- es determinada en sus formas más profundas y en sus manifestaciones por otras estructuras como las políticas y sobre todo las económicas. Por otra parte, el autor no pierde nunca de vista la referencia inexcusable a las otras dos religiones del libro, el judaísmo y el islam. En estos siglos concretos, el cristianismo es, sin lugar a dudas, el sistema religioso-cultural dominante, pero, al mismo tiempo, las otras dos religiones pueden y deben concebirse, con toda legitimidad, como dos subsistemas con capacidades para influir en toda la cultura peninsular y consiguientemente en las formas de religiosidad de los distintos reinos cristianos.