Estas cartas nos recuerdan que la paciencia es reina y que hay un arte de mirar las cosas. Este arte, el de la botánica, nos permite reconciliarnos con nosotros mismos y con el mundo. «A cualquier edad, el estudio de la naturaleza debilita el gusto por las diversiones frívolas, previene el tumulto de las pasiones y lleva al alma un alimento que la aprovecha, llenándola del más digno objeto de sus contemplaciones». Un delicioso texto de Rousseau, en edición de José Tito Rojo.