Publicados en pleno siglo de la Ilustración, estos dos opúsculos son dos pequeñas obras maestras del elogio paradójico. Con maestría en la retórica y fino humor, estos encomios no sólo convencen de la importancia, objetiva y persistente, de sus respectivos motivos, también revelan las ambiciones y contradicciones de nuestras formas de pensar y actuar.