«Su disposición a lamerles las botas a los SS nos ponía enfermos», dice Antonio García de Francesc Boix, el "héroe" de Mauthausen. Ambos españoles trabajaban en el laboratorio fotográfico del campo de exterminio, de donde Boix sacó fotos que luego fueron utilizadas como prueba acusatoria contra los nazis en Nuremberg. Arropado por el Partido Comunista, al que pertenecía, recibió gran atención y simpatía hasta su temprana muerte en París en 1951, mientras García era silenciado. En este libro David W. Pike cuenta la verdadera historia.