Lía siempre fue organizada y metódica, creyó que envejecería al lado de Carlo, su único amor, aunque se equivocó, porque su relación terminó después de estar juntos durante dieciocho años, y no de la mejor manera posible. Lía está adaptándose a su nueva etapa, sola, disfrutando de la tranquilidad de Santander, su ciudad, cuidando de sus hijos e incluso un poco de ella misma, es entonces cuando Julia, su mejor amiga, le regala un viaje bastante surrealista a un resort del Caribe. Allí el destino, o una mano negra, pondrá a Axel en su camino. Un chico más joven, guapo y algo engreído, con el que logrará sentir de nuevo. A partir de ese instante, Lía entenderá que los asuntos del corazón no atienden a la razón, al menos no siempre.