Nos gusta la Navidad, nos gusta y la reivindicamos. Cada año tenemos que escuchar la misma cantinela de sus detractores: que si el consumismo, que si la hipocresía social, que si las convenciones, etcétera. Como si el resto del año todo esto no existiese. Desde Cuadernos del Laberinto apostamos por las Navidades y demandamos su disfrute: escuchar villancicos sin tener que avergonzarnos, desear que llegue la cena para ver a toda la familia reunida, crear el río del Belén con papel de aluminio, adornar la casa con bolas brillantes, hablar del Niño Jesús, esperar a los Reyes Magos con ilusión y dejar los zapatos bajo la ventana. Sí, queremos rendirnos a los tópicos: a la nieve y al turrón, a la pandereta y las doce campanadas.