El 31 de mayo de 1906 el rey Alfonso XIII acababa de casarse con Victoria Eugenia de Battenberg cuando, de regreso al Palacio Real de Madrid tras la boda en la iglesia de los Jerónimos, un joven anarquista llamado Mateo Morral arrojó un ramo de flores que escondía una potente bomba al paso de la comitiva real. Los reyes resultaron ilesos, pero murieron 25 personas entre soldados y civiles. Dos días después, Morral fue detenido por un guardia jurado, a quien asesinó antes de suicidarse. Francisco Pérez Abellán, el investigador número uno del crimen en España, contradice esta versión gracias a unas fotos halladas ahora, 108 años después, en las que se constata que Morral no pudo suicidarse. ¿Qué oscuros poderes fácticos querían silenciar a Mateo Morral?