Cuando te dicen que tu hijo tiene lesión cerebral se te cae el mundo a los pies. Da igual en qué momento te pase, se trata de un punto de inflexión en la vida en el que tienes que tomar decisiones. Para mi fue el momento en el que decidí, sin saber que lo decidía, comenzar una nueva vida, un despertar, un camino del que ya no puedes volver. Nuestros hijos con lesión cerebral vienen a enseñarnos muchas cosas, no es una casualidad que nos hayan elegido. Felipón ha sido y es un regalo, no hablo desde la fe ni desde la falsa esperanza, sino desde la experiencia de una mujer que ha descubierto cómo amándose a sí misma puede hacer que su hijo mejore día a día. Existe un fino, imperceptible hilo conductor entre una madre y sus hijos. Un hilo que sólo ella reconoce, pero para eso, para reconocerlo, debemos estar presentes y escucharnos. Esta es la historia de cómo he vivido desde que embarazada de veinte semanas nos dieran la noticia de que Felipón tenía seis lesiones muy graves en su cerebro. Hubiera dado mucho por encontrarme entonces un libro en el que me dijeran por donde debía empezar... Ojalá éste sirva para que comprendas, como así lo he hecho yo, que tu hijo viene a mucho más de lo que imaginas... Entre otras cosas, para que sueltes el control de tu vida y te entregues a ella, para que tu corazón despierte, para que seas feliz. Esa es para mi la verdadera sanación. La de ambos... Felipón tiene tres años y está a punto de andar, dice ya muchas palabras y se ríe sin parar. Esto parecía un imposible pero la verdad, es que para mi, ya nada lo es.