Al presentar esta obra al lector, su autor dijo que con ella ofrecía «de un rasgo, todos los doce Gracianes». Quiere esto decir que Gracián condesó en los 300 aforismos comentados de su Oráculo manual y arte de prudencia lo esencial de un pensamiento expresado en las miles de páginas que suman sus tratados didáctico morales, la «summa» de todo su pensamiento anterior. Ya el título es una buena muestra de su singular estilo conceptista, pues expresa una antítesis llena de significado: mientras que el sustantivo «oráculo» remite a algo oculto —en rigor es el «secreto emanado de la divinidad»—, el adjetivo «manual» denota lo contrario: una guía «para un uso práctico y portátil», o dicho de otra manera: el saber más profundo expuesto para todos los públicos. Gracián logró con creces su propósito de escribir un precioso manual de normas —la palabra «arte» significa «reglas y preceptos para hacer rectamente las cosas»— de uso práctico para orientar la conducta del ser humano en una sociedad compleja y en crisis.