Si un piano puede ser la extensión de un hombre, ahí está Bernal para confirmarlo. Si hay un Leonard Cohen español, ahí está Bernal para demostrarlo. Si un poeta y un escritor de canciones puede confundirse, Bernal es uno de ellos. Si un hombre puede bajar a los infiernos, recuperar la calma, separarse de sí y volver a ese cuerpo con otros ojos, si existe la capacidad de redibujar lo cotidiano en una historia de conflictos colosales, visionarios y surrealistas, ahí están los versos de Bernal. Raúl Bernal hace como que no sabe nada de todo esto, pero lo tiene dentro y lo ha sacado con todas las consecuencias.