El hombre está siempre haciéndose y deshaciéndose, aprendiendo y desaprendiendo. Son sus ilusiones y su voluntad las que le ayudan a superar las dificultades de la vida. Vivir significa disfrutar, y para disfrutar hay que plantearse retos, desafíos que nos llevan a dar lo mejor de nosotros mismos. Nuestro mayor reto, por la responsabilidad que implica, consiste en dar la vida. Movido por este reto que nos iguala a los dioses y nos retorna a la infancia, Manuel Cortés crea "Nanas para un Principito", un canto a la alegría de vivir, con el que se perpetúa y hace un homenaje a su hijo. Aunando amor, ilusión y voluntad, el escritor compone una sinfonía de pequeños recuerdos para ofrecernos, mediante este libro de cuentos, la gran obra de su vida. El padre se hace niño y recorre, a través del afecto, todos los acontecimientos extraordinarios que han dejado huella en su corazón.