Los geniecillos dominicales, considerada una de las primeras novelas "urbanas" de América Latina, salió a la luz en 1965. En esta novela, las calles de Lima se convierten en el escenario de un joven estudiante de Derecho, Ludo, en plena crisis vital, de confrontación entre la juventud y la madurez, entre una vocación discutible y un futuro incierto. En las primeras líneas de la historia, este protagonista aparece en la oficina, "está aburrido y con sed, por todo eso es que Ludo interrumpe el recurso de embargo que está redactando y lanza un gemido poderoso", renuncia a su trabajo y se dispone a callejear por la ciudad en una especie de aventura iniciática. El gemido que lanza cuando empieza la novela recorre todo el libro hasta su fin. En palabras de otro escritor peruano, Mario Vargas Llosa, "Con esta novela, Ribeyro no sólo ha trazado su biografía espiritual de escritor, ha escrito además el más hermoso de sus libros, el de gloria más cierta y durable".