El primer desastre fue una pandemia mundial.El segundo, un decreto de alerta.¿El tercero? Que Lara y David deberán compartir piso a pesar de un simple hecho incontestable: se odian profundamente.A partir de ahí, las catástrofes no dejarán de sucederse, y los gatos nudistas, el yoga acrobático y los sentimientos inoportunos solo serán el principio.¿El desastre definitivo? David y Lara han olvidado que el amor es el virus más infeccioso y la curva de contagio no para de crecer...