La llegada de una joven desconocida, Helen Graham, y su hijo a la vieja mansión de Wildfell Hall despierta el interés, y luego las sospechas maliciosas, de los habitantes del tranquilo pueblo inglés en que se encuentra la casa. No saben que Helen huye de un turbulento pasado, como irá descubriendo el narrador del relato y enamorado de ella, Gilbert Markham, al leer su diario. "La inquilina de Wildfell Hall" es una gran novela en la que destacan no sólo actitudes y opiniones relacionadas con la condición de la mujer muy avanzadas para su tiempo, sino también una moderna representación de las miserias, defectos y debilidades humanos.