Hime y Mitsuki finalmente se sinceran sobre las inseguridades que ambas sienten en su amistad. Cuando parecen a punto de arreglarlo todo, Mitsuki se inclina y besa a su enamorada, pero Hime se sorprende y queda más confundida que nunca. Como resultado, Hime comienza a distanciarse, dejando a una Kanoko enfadada y a una Mitsuki abatida. El antes dulce santuario de Liebe se ahoga en amargura... ¿Volverán los días soleados al salón