Para el autor de estos Estudios la lección capital y permanente del vizconde Louis de Bonald (1754-1840) --el gran pensador francés de la contrarrevolución y reputado defensor del tradicionalismo filosófico-- estriba en encarecer la importancia del concurso del lenguaje en la génesis de las ideas y en hacer ver de este modo que el hombre no es, como pretende Rousseau, un caminante solitario, pues, sin el lenguaje y la tradición oral y escrita de la sociedad, no le sería posible elevarse al mundo de las verdades morales y sociales, que son las únicas que le hacen posible ser nada menos que un hombre.