Las ediciones críticas y anotadas del Buscón han marcado algunos de los jalones más importantes de la filología española. Fernando Cabo ha preparado la suya contando con la rica perspectiva de esa tradición y ampliándola de suerte que las notas no dejaran sin dilucidar ninguno de los incontables pasajes en que Quevedo se divierte en poner a prueba la sutileza y el ingenio del lector. El texto se funda en el manuscrito que todos los indicios señalan como la última redacción preparada por el autor, en tanto el aparato crítico recoge y analiza las variantes del arquetipo de que dependen las restantes versiones.