Prólogo de Eduardo Milán. Ya en su primer poemario, La caída de Icaro (1982-1989), Olvido García Valdés pone de manifiesto su talento: dominio de la expresión, profundidad, atrevimiento... Le siguen los libros Ella, los pájaros (1989-1992), Caza nocturna (1992-1996), Del ojo al hueso (1997-2000) y, temáticamente emparentado con éste, Y todos estábamos vivos (2001-2005), una reflexión conmovedora sobre la enfermedad y la muerte que le mereció a la poeta asturiana el premio Nacional de Poesía. El libro se cierra con once poemas inéditos y algunos textos acerca del acto de escribir que iluminan una de las obras más sólidas de nuestra poesía reciente.