Con la mirada puesta en el final del siglo XX, el autor reúne un conjunto de catorce meditaciones sobre algunos momentos y aspectos muy radicales de la vida de la Iglesia católica durante un período de cien años. Son jalones significativos que intentan ayudar al lector a apreciar la evolución experimentada, bajo el impulso del Espíritu, en la comunidad eclesial de este siglo tan convulsivo. Aparecen como una voz clara, capaz de entrar en todo corazón de buena voluntad, sin tecnicismos ni presupuestos ideológicos o culturales. Aunque la temática sea variada, se aprecia una unidad fluida, dado que, pese a seguir un esquema más histórico que lógico, se desarrolla una trayectoria muy con-forme al interés humano y espiritual. Su lectura estimula a recuperar la actitud de coraje, fiel al Evangelio y al Espíritu de Cristo, con la que los católicos debemos entrar en el tercer milenio.