El Cardenal Cisneros es una de las grandes figuras de la historia de España. Como prelado, reformador de la vida religiosa, estadista y organizador de las nuevas Iglesias de Granada y de las Indias tiene un protagonismo de primera fila, reconocido invariablemente por la historiografía de los cinco últimos siglos. Es una cita histórica obligada en las. crónicas, tratados y manuales de historia eclesiástica y civil de la Europa moderna. Cada momento historiográfico ha presentado la figura de Cisneros con perfiles y colorido diferentes: mecenas renacentista, santo barroco, político nacionalista, asceta severo. En el fondo reaparecía siempre la medalla esculpida en su día por el biógrafo príncipe, el humanista complutense Alvar Gómez de Castro (1569), repintada con rasgos del momento. El libro que ahora ofrece la BAC es el fruto de una revisión documental completa del personaje y de su contexto, tarea realizada previamente en media docena de monografías del autor y en diversos estudios históricos de otros especialistas. Como remate se ofrece esta obra distribuida en dos parcelas: la biográfica, que ocupa el primer volumen, y la político-eclesiástica, que se expone en este segundo volumen. Por estas numerosas y bien digeridas páinas desfilan con preferencia los temas siguientes: fa fisonomía personal de Cisneros como estudian-te, fraile asceta, prelado, inquisidor y consejero político;el gobierno episcopal en la Iglesia de Toledo con numerosas iniciativas renovadoras;las iniciativas de reforma eclesiástica y religiosa, con su centro más visible en su familia franciscana;la creación de la academia complutense en sus aspectos económicos, institucionales y culturales;la participación intensa y personal en las campañas granadinas y africanas con miras políticas y eclesiásticas;el primer programa misionero y eclesiástico para las Indias. El lector se sentirá cautivado por esta figura histórica tan original y creativa que le ofrece este libro maduro, ponderado y ameno. La pasada celebración del V Centenario del Descubrimiento de Amé-rica contribuyó a su vez a realzar una faceta casi inédita del Cardenal de España: la del primer organizador de la Iglesia de Indias.