"Cuando hablo de Lao Tsé, es como si hablara de mí mismo. Mi Ser es totalmente uno con él. Cuando hablo de Lao Tsé es como si me estuviese mirando en un espejo, se refleja mi propia cara. Cuando hablo de Lao Tsé estoy absolutamente con él. Incluso decir que ´estoy absolutamente con él´ no es verdad. Soy él, él es yo. Los historiadores tienen dudas acerca de su existencia. Yo no puedo dudar de su existencia porque, ¿cómo voy a dudar de mi propia existencia? En el momento en que yo fui posible, él fue verdadero para mí. Incluso si la Historia prueba que nunca existió, para mí no cambiaría nada. Debe de haber existido, porque yo existo. Yo soy la prueba..."