No es fácil de determinar el "género literario" de una Introducción como la presente. No puede convertirse en un resumen de la materia, pero no debe contentarse con indicar dónde pueden estudiarse con más amplitud las cuestiones sin formularlas. El autor trata de evitar ambos extremos, ofreciendo los contenidos básicos de la "antropología teológica" y dando cierto espacio a la información sobre las diferentes opiniones en torno a los problemas más importantes.