Las confesiones de Pedro El cristiano no tiene por qué sentir miedo o preocupación frente al "mundo" o frente a las otras religiones;al contrario, tendrá que redescubrir su propia identidad como discípulo de Cristo. No para persuadir a nadie, sino para contar a todo el inaudito amor del Padre que se comunica a una humanidad sedienta como inagotable manantial de vida.