«A la hora de escribir», dijo el autor francés Rabelais, «más vale provocar la risa que las lágrimas, porque la risa es lo propio del ser humano.» Aunque ahora tendemos a pensar que algunos animales también tienen cierto sentido del humor, es evidente que el ser humano es la única especie que escribe, y a veces lo hace para divertir a los demás. La risa y su compañera la sonrisa nos ayudan a ser más felices y a ver el mundo de otra manera, y también a entenderlo mejor. Se suele decir que el humor español es más bien negro, que tiene tonos sombríos y sabores amargos. Quizá haya algo de eso, pero el lector también encontrará en esta antología páginas llenas de intuición, diversión y gracia, que abarcan desde el reflexivo ingenio de El conde Lucanor a la imaginación desbocada de Ramón Gómez de la Serna.