Resultado de la filosofía ilustrada dieciochesca, El contrato social es un tratado político que rechaza el modelo absolutista y cree de plano en la libertad del ciudadano para crear la sociedad perfecta, basada en una democracia radical libre de las ataduras de cualquier poder, incluido el religioso. Su texto ha influenciado a pensadores, políticos y gobernantes y ha encontrado detractores y defensores por igual, convirtiéndose en una eterna polémica.